Vegetación
Monfragüe conserva una de las más extensas y mejor conservadas manchas de bosque y matorral mediterráneo, que hacen que sea considerado como uno de los últimos ecosistemas vírgenes del continente europeo. Además, en el Parque encontramos diversas formaciones y ecosistemas naturales: roquedos, bosque mediterráneo, riberas de ríos y arroyos y dehesas.
- Roquedos:
Roquedos
En los afloramientos de cuarcita, ya sean crestas o cortados, la vegetación la integran las llamadas plantas rupícolas, que son aquellas que viven sobre la superficie de las rocas o entre sus grietas.
En la superficie lisa de la roca, las primeras especies que se instalan son los líquenes y musgos. Estos organismos se consideran como los más longevos y de crecimiento más lento, pueden vivir hasta 4.000 años y contribuyen a formar un exiguo suelo sobre el que podrán instalarse especies vegetales que necesitan absorber el agua y las sales minerales valiéndose de sus raíces: enebros, encinas de porte achaparrado, claveles silvestres, dedaleras, helechos, así como un endemismo extremeño, una leguminosa denominada cambrón.
- Bosque Mediterráneo:
Bellotas de encina
Monfragüe conserva una de las más extensas y mejor conservadas manchas de bosque y matorral mediterráneo, formado por encinas y alcornoques fundamentalmente.
La encina es el árbol dominante de las solanas de las sierras de Monfragüe. En las zonas más resguardadas aparece el acebuche u olivo silvestre. En las laderas medias que mantengan cierto grado de humedad podemos encontrar también grupos de alcornoques. En el sotobosque aparecen especies arbustivas como la escoba blanca, torvisco, retama, lentisco y labiérnago, entre otras.
En las laderas medias y bajas, con suelos más frescos y profundos, la especie arbórea dominante es el alcornoque que aparece junto a quejigos y arce de Monpelier. En las laderas bien conservadas aparece un estrato arbustivo denso y variado, donde encontramos especies como el madroño, lentisco, durillo, majuelo, cornicabra, jara cervuna, brezo blanco, mirto, rusco...
- Bosque de ribera:
Nieblas en el Parque Nacional de Monfragüe
El bosque de ribera está bien conservado en los arroyos que desembocan en el Tiétar y Tajo, y prácticamente desaparecido de las riberas de ambos ríos debido al embalsamiento de sus aguas. Resulta curioso observar como las especies se organizan según el grado de humedad del suelo: al lado mismo del cauce, en contacto con el agua, aparecen los sauces. Sus potentes raíces, sus hojas estrechas y sus ramas flexibles, son ideales para sujetar las márgenes y para defenderse de las frecuentes inundaciones. Inmediatamente detrás, o generalmente sustituyendo a los sauces, se encuentran los alisos. Los fresnos y chopos ocupan una segunda banda arbolada, allí donde hay cierta humedad, pero sin encharcamiento.
Cuando desaparece el arbolado, aparece un matorral espinoso y muy resistente de tamujas, que facilitan, con sus raíces, la sujeción de los márgenes.
- Dehesas:
Dehesa de encinas
Las dehesas son un ecosistema artificial creado por el hombre, el cual, partiendo del antiguo bosque mediterráneo y a través de sucesivas talas y rozas, ha eliminado el estrato arbustivo para crear espacios abiertos que permitieran el desarrollo de pastos para el ganado o el aprovechamiento agrícola, pero manteniendo los pies arbóreos, principalmente la encina, que a su vez tenían también un aprovechamiento forestal (bellotas, madera, leña, carbón…).
Las dehesas son consideradas como un ejemplo de desarrollo sostenible, ya que una buena gestión permite la explotación de sus recursos sin agotarlos, a la vez que sustentan una alta tasa de biodiversidad. Este hecho ha propiciado que en el año 2.003 Monfragüe y las dehesas que le rodean sean declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
- Especies Alóctonas:
Noche en el Parque Nacional de Monfragüe
Los eucaliptos fueron plantados en el Parque en el año 1.975 y arrasaron con unas 3.000 hectáreas de bosque. La destrucción habría alcanzado a cuatro quintas partes de su actual extensión de no ser por los movimientos ecologistas que convirtieron Monfragüe en uno de sus principales objetivos conservacionistas. El eucalipto es una especie alóctona, originaria de Australia y la razón de su cultivo se debe al rápido crecimiento y su gran rentabilidad económica como materia prima para la fabricación de papel. En contrapartida el eucaliptal provoca una disminución en cuanto a diversidad biológica, lo que conlleva una simplificación del ecosistema, empobrece el terreno y hace que no puedan crecer otras especies dada la falta de nutrientes, lo cual supone un grave trastorno para la flora y la fauna.
Afortunadamente desde 1.999 se están llevando a cabo diversos proyectos para recuperar ese espacio mediante la eliminación de este árbol y la plantación de especies autóctonas.